Hasta la fecha, no se ha llegado a un acuerdo en cuanto a como definir de forma oficial el delito de ecocidio. Y esto sucede porque es un concepto muy amplio y con muchas ramificaciones y repercusiones diferentes, por lo que se deben tomar en cuenta infinidad de factores para hacerlo.
Si nos centramos en la etimología de la palabra “ecocidio” su significado es evidente. Construida a partir de la raíz griega “Eco” que significa “la casa” se completa con el sufijo “cide” del latín “caedere”, que significa “matar”. También se puede decir que es una asociación de las palabras “ecosistema” y “genocidio”. Por tanto, el delito de ecocidio es aquel que implica la destrucción masiva una parte o la totalidad de determinado ecosistema.
Si bien la emergencia climática es la que se lleva todos los titulares, los ecocidios están a la orden del día. Y los responsables de estos graves daños ambientales salen indemnes de las fechorías que cometen. Por ello hace años que se lucha para conseguir que el derecho internacional acepte esta figura criminal y lo declare delito. Solo así será punitivo.
Fuentes de ecocidio
Todos los desmanes ecológicos vienen de la mano de las actividades del ser humano. Para tener un determinado confort y nivel de vida, parece que no hay ningún impedimento a la hora de destruirlo todo, a cambio de ciertos beneficios exclusivos de la humanidad. Por eso, las principales actividades que podrían calificarse como ecocidio son:
- Deforestación masiva.
- Derrames de productos químicos y petróleo.
- Minería.
- Extracción de petróleo.
- Contaminación.
- Armas químicas.
- Pruebas nucleares y radioactividad.
- Tráfico de especies protegidas.
- Traslado o vertido ilegal de residuos.
- Industrias en general.
Ejemplos de ecocidio
Dado que los orígenes del problema del ecocidio tienen una base netamente económica, tanto los empresarios como los políticos suelen estar detrás de muchos de estos graves daños al medio ambiente. Según el informe de la ONG Carbon Disclosure Project (CDP) realizado en 2017, 100 empresas -principalmente industrias petroleras- fueron las responsables del 71% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, entre 1988 y 2015.
Explotación petrolera en la Amazonía.
Entre 1964 y 1992, la empresa estadounidense Chevron Texaco excavó pozos de petróleo. Las cuencas de retención defectuosas provocaron fugas y contaminaron el agua. Estas actividades envenenaron a miles de indígenas autóctonos y causaron daños irreversibles al medio ambiente.
Vertidos de petróleo
Estos fueron provocados por varios naufragios a lo largo de la historia. Los más conocidos son el Erika, el Amoco Cádiz, el Prestige o el DeepWater Horizon. Pero en realidad es más la cantidad de petróleo que se derrama diariamente por pérdidas, fugas o negligencia. El petróleo contamina las costas y afecta a la fauna y la flora, comprometiendo la cadena alimentaria y al ecosistema marino en su conjunto.
Deforestación
En las selvas del Amazonas, Indonesia y Malasia se talan infinidad de árboles autóctonos cada año. La madera se emplea en la industria papelera y otras menores. Y los terrenos se reconvierten, dedicándolos al cultivo de cereales (muchas veces transgénicos), principalmente para fabricar biocombustibles. Y también para la cría de ganado, para la producción de carne y para plantar palmas aceiteras (las del tristemente célebre (aceite de palma)
A modo ilustrativo, de enero a abril de 2022, la selva amazónica perdió 1.900 km² de superficie. Esto provocó la desaparición de miles de plantas y animales, la contaminación del agua y la destrucción de la capacidad de absorción natural de CO2. Anteriormente, la selva tropical podía almacenar entre 80 y 120 mil millones de toneladas de carbono que ahora libera a la atmósfera, agravando así el calentamiento global.
Mar de Aral
Este supo ser el mar interno más grande del mundo y está situado entre Kazajistán y Uzbekistán. El Mar de Aral ha desaparecido en tan solo 50 años debido a que en sus riberas se cultivaba algodón. Entre la merma hídrica, que lo salinizó y los agroquímicos, la vida desapareció de este enorme lago, del que hoy solo pervive el 10% y prácticamente muerto. El Mar Menor en el sur de España correrá el mismo destino si no se toman medidas urgentes para detener su evidente deterioro.
Accidentes nucleares
Fukushima y Chernóbil son los dos accidentes nucleares más destacados de la historia. Las partículas tóxicas expulsadas en las explosiones se esparcieron por el mundo entero. Pero entre quienes vivían más cerca, los niveles de cáncer se dispararon, junto con las malformaciones y un grave daño a la naturaleza. Las áreas alrededor de las centrales eléctricas aún son inhabitables, debido a su alto nivel de radiactividad. Un ecocidio en todo regla.
Fuente: www.ecoticias.com