Desarrollar un vínculo especial con el caballo, cultivar la paciencia, animarse a senderos inaccesibles y descubrir el país de una manera diferente: seis salidas de los Andes al Litoral, que pueden ser de unas horas o de varios días.
Asociadas a las tradiciones criollas, los paisajes, el campo y la historia, las cabalgatas permiten recorrer diferentes lugares que muchas veces resultan inaccesibles a pie. Otro diferencial es que las salidas a caballos, que se realizan en diferentes sitios turísticos de la Argentina, dan la posibilidad de explorar distancias largas en menos tiempo y con menos esfuerzo, en comparación con otras actividades como el trekking o el cicloturismo.
A esto se suma lo que muchos guías o profesionales vinculados a la actividad consideran como un vínculo “especial” que se genera con el animal. “A medida que se desarrolla la actividad, se va formando un binomio con tu compañero equino. Se crea una conexión que toca la espiritualidad”, comenta María José Garat, licenciada en Turismo y Hotelería. Ella, junto a Camila Martini, son quienes le dan vida a Equus Argentina, una agencia que se dedica exclusivamente al turismo ecuestre en todo el país. Ambas llevan toda una vida vinculada a los caballos: primero, en los campos de sus familias; luego, como guías de cabalgatas en El Calafate.
Garat describe que, durante las cabalgatas –sobre todo las de varios días– hay diferentes momentos: cuando la persona está más activa, cuando está relajada y genera un vínculo con el resto de los jinetes; y cuando disfruta del silencio, de la naturaleza y del diálogo interno. “Diría que uno entra en una especie de meditación, en donde por un lado la mente vuela, y por otro debés estar presente y prestando atención al camino”, expresa.
El salteño Hernán Uriburu fue pionero en la realización de cabalgatas turísticas por el norte del país y le abrió las puertas a muchos visitantes europeos que buscaban estas salidas. Con su vasta experiencia de más de tres décadas, solía decir que es una actividad que llena el corazón, porque se recorren lugares solitarios, no modificados por el hombre, que dan una sensación de plenitud importante, donde se convive con la gente del lugar y se disfruta de la naturaleza a pleno. “Gracias a las cabalgatas revalorizamos la austeridad, el ayuno, el silencio, la paciencia, el caminar despacio, la prudencia, la cautela, a no alterarse ni perturbarse”, solía repetir.
Para muchos esta experiencia y conexión “especial” que se genera tiene que ver con características propias de los caballos que también hacen que sean utilizados como soporte terapéutico para mejorar la calidad de vida de personas que padecen enfermedades físicas o psíquicas.
“El caballo transmite estímulos necesarios y justos para ayudar a, por ejemplo, normalizar los movimientos corporales. También favorece la autonomía, la forma de pensar, la seguridad. Yo siempre digo que desde el caballo el mundo se ve diferente. Ayuda a tranquilizarnos y relajarnos”, explica Miriam Álvarez, licenciada en Psicomotricidad y con más de 20 años de experiencia en equinoterapia, disciplina que utiliza al caballo como una herramienta fundamental para el tratamiento de diferentes problemáticas que pueden ser psicológicas, emocionales o motrices.
En su Centro de Equinoterapia y Monta, a unos 15 minutos de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, Miriam junto a un grupo de profesionales trata a niños con autismo y Síndrome de Down, además de ofrecer otras actividades vinculadas a estos animales como montas recreativas, cabalgatas en familia e instructorados de equinoterapia.
Primeros pasos
Si bien realizar una cabalgata no requiere de una preparación física previa, hay algunas recomendaciones que se pueden seguir para que el paseo sea más placentero y disfrutable.
La primera es comenzar por recorridos que sean cortos, de algunas horas, ya que no requieren de mucha experiencia y los caballos suelen estar preparados para principiantes. Otra recomendación importante es llevar ropa adecuada para este tipo de actividad, es decir, pantalones largos (para evitar el roce), calzado cómodo y algo de abrigo. Al ser una actividad al aire libre, también es importante colocarse protector solar, llevar gorra o sombrero y repelente de insectos.
Finalmente, una cuestión no menor a tener en cuenta, es contratar paseos guiados con personas que estén habilitadas para turismo ecuestre. “Hay que buscar empresas que tengan caballos mansos y bien alimentados. Que estén preparados para la actividad. Los guías deben ser profesionales para que sea una experiencia realmente cuidada”, explica por su parte Sebastián Herrero, guía de turismo alternativo y titular de Cabalgatas Quinceana en Córdoba.
Sus experiencias, que generalmente se realizan por senderos de baquianos en la Pampa de Olaén, en Punilla, se hacen con el acompañamiento de cuatro o cinco guías que van con el grupo. También realiza una charla previa para que cada persona pueda manejar el caballo de la mejor manera. Una experiencia para dejarse llevar de una manera diferente, por los mejores paisajes del país.
Jujuy. De Calilegua a Tilcara por una senda ancestral
Ríos, valles, quebradas y la selva subtropical del Parque Nacional Calilegua forman parte del paisaje que se recorre en esta travesía. Son 5 días y 4 noches por caminos de montaña que unen pueblos perdidos en la Puna. Es un recorrido que se puede hacer desde marzo hasta noviembre.
El primer día se realiza un encuentro en San Salvador de Jujuy y, desde allí, se va en auto hasta San Francisco, un pueblito que está creciendo en cuanto a turismo, donde se hace un paseo cortito para conocer a los caballos. La cabalgata empieza al otro día, para llegar a San Lucas (13 kilómetros), donde se duerme en un refugio.
Al día siguiente se va de San Lucas a Molulo (23 kilómetros), un tramo largo pero muy lindo en cuanto a paisajes. Esa misma noche se duerme en un refugio luego de unas 10 horas de cabalgata (con paradas, almuerzo y merienda incluidos). Al tercer día se cabalga de Molulo a Huairahuasi (9 kilómetros) y, el último, de este lugar a Tilcara (18 kilómetros) y se llega al punto más alto de la travesía: 4200 metros.
◗ Hay una salida programada para Semana Santa, del 20 al 24 de marzo. Organiza Lucas Cabalgatas, 3885 43-5495.
Mendoza. Hacia el avión de los rugbiers uruguayos
Se trata de un recorrido emocionante que implica tres días de cabalgata en total y que permite llegar al punto donde, en 1972, se estrelló el avión que protagonizó la tragedia de los Andes. La travesía a caballo comienza en el Puesto Araya desde donde se cruza el río El Atuel y se accede al Valle de las Lágrimas. La primera noche se pasa en unas carpas instaladas en el campamento El Barroso.
Al otro día se asciende a unos 3600 metros y se llega al lugar exacto del accidente. Allí hay una cruz con varias placas que conmemoran a las víctimas y algunos restos del fuselaje del avión. Luego de unas horas, se vuelve al campamento donde se pernocta y, al día siguiente, se emprende el regreso hacia El Sosneado.
El paquete incluye todas las comidas y el equipamiento necesario (carpas también). Se puede hacer desde diciembre hasta abril, dependiendo de las nevadas en la cordillera. El paseo se volvió muy demandado luego del film La Sociedad de la Nieve.
◗ Hay programada una salida para Semana Santa, desde el 29 de marzo al 1° de abril. Organiza, Senderos, cabalgatas y trekking, 2604 23-9773.
FUENTE: La Nación