En referencia al Día de la Mujer se debe descubrir el don de la ternura propia en el equilibrio de las diferencias y lo más interesante se basa en la distinción y la complementariedad, es por ello que una sociedad que pierde la ternura y la maternidad en la forma particular que lleva adelante la mujer como el amor en el detalle y la caricia es una sociedad que se vuelve cada más dura e indiferente al prójimo, según lo reflexiono el sacerdote Sebastián Vallejos Agostini en una entrevista con el programa Panorama Jujeño, quien integra la Orden Santo Tomás de Aquino, que en Jujuy tiene a cargo el Colegio Fasta San Alberto Magno en Río Blanco y el colegio José María Paz de Ledesma. Se formó en Buenos Aires y se ordenó en el 2014 y está fundando comunidades eclesiásticas en Perú, sur de Estados Unidos, Ecuador y Costa Rica donde trabaja actualmente.

En ese marco, fundamento que ello se representa en una enfermera, una maestra, etc., es decir vivir con naturalidad el don que Dios le dio a cada persona.

Puntualizó que la situación actual política argentina nos interpela a preguntarnos que entendemos por política, que va más allá de una visión sesgada o partidocratica o solo pensamos que es el terreno de algunas personas, lo analizamos mal, en cambio si se toma lo político como una realidad que nos compromete a todos en la búsqueda de soluciones, ninguna persona debe estar ajena y participando desde el lugar que le toque a cada uno (en un centro vecinal, en la escuela, etc.)

Sostuvo que debemos sentirnos todos a estar comprometidos, desde la caridad o la ayuda al prójimo, y citando a Santo Tomas reflexionó que las personas en lo político no deben estar alejadas de Dios y de lo moral, y no caer en la falacia de separar la vida pública de la vida privada.

El religioso apunto al encuentro con el otro, es decir reconocer que la otra persona es un yo en “un diferente cuero”, ponerse en una dimensión de fraternidad, tender una mano al que lo necesita “hacer una gauchada” es lo que conlleva a ponerse en el lugar del otro y dejando de hablar de pobreza e ir al encuentro del pobre que va más allá de lo material.

Ponderó que en estos tiempos se torna necesario ir al encuentro con Dios o buscar esa palabra que nos llena de verdad y espiritualidad, volver a hablar con Dios que nos fortalece en la vida diaria para llevar la esperanza, la alegría o el consuelo a aquellas personas necesitadas.

Al hacer referencia a la situación de los jóvenes, el padre Vallejos analizó que la juventud no debe escandalizarnos y un error muy grave de la sociedad es afirmar que la juventud está perdida, por el contrario los jóvenes al igual que los adultos mayores están pidiendo escucha y libertad para hacer el bien, es decir no puede ser que en el siglo XXI haya multitudes que se sientan esclavas de un corazón sin amor o alegría, siendo Dios el único que puede liberar el corazón en las personas.

El sacerdote afirmo que la salud del Papa Francisco es propia de la edad y de los compromisos que tiene el santo padre, sumado a la agenda que debe cumplir para toda la humanidad que sigue a Cristo.

Recalcó que se debe revalorizar el rol de la familia que ocupa en nuestra sociedad, y es desde allí donde se crean o fomentar personas que trascienden lo cotidiano o superfluo, reconociendo nuestros errores y volver a la cultura del perdón hacia nuestros padres, hermanos o amigos, la cultura de la escucha  y la respuesta atenta al otro, finalizó.