La niñez es un periodo crucial para el desarrollo de nuestros niños y niñas, ya que en esa etapa se producen adquisiciones o habilidades importantes para un futuro desarrollo, sentándose las bases para un desarrollo saludable y tienen lugar adquisiciones como la resolución de problemas, el aprendizaje del lenguaje, la capacidad de comunicarse con otro, los apegos, los vínculos, el desarrollo motor, cognitivo, la autoconfianza y la autoestima, por lo cual resulta fundamental que dichas adquisiciones o habilidades tengan lugar en un ambiente seguro y con un acompañamiento continuo y en relación a la exposición de los chicos de la pantalla lo aconsejable evitar ese tipo de exposiciones en niños y niñas de 2 a 5 años, salvo video llamadas para fortalecer algún vínculo con familiares que viven a la distancia, así lo detallo la psicóloga y especialista en esa temática, licenciada Mariela Salto a Panorama Jujeño.
En ese marco, aseveró que numerosos estudios recomiendan limitar el uso de las pantallas en dicha franja etaria a una (1) hora por día, y sobre todo con contenido educativo y compañía y supervisión de un adulto, teniendo en cuenta que muchos niños y niñas están expuestos a las pantallas más de una hora y sin supervisión de adultos.
Al respecto, sostuvo que es primordial que en niñas y niños de 5 años en adelante los adultos puedan establecer límites claros y acordar el uso de pantallas en el contexto familiar, sobre todo trabajar mucho en promover interacciones, actividades o juegos al aire libre, ya que muchos especialistas aconsejan que no existe nada más reconfortante o educativo que promueva el desarrollo saludable como interacción con otros y la exposición al aire libre.
Indicó que en nuestro país algunas estadísticas señalan que el 40% de niñas y niños entre 2 y 4 años utilizan pantallas táctiles sin supervisión de un adulto, lo cual resultan cifras alarmantes, como así también mirar videos es la actividad más realizada por menores de 3 a 5 años, y en ese sentido se entiende que los videos no son en general de contenido educativo, sino distractivo y recreativo, por ende tienen un cierto vacío de contenido que no promueve el desarrollo o aprendizaje, comunicación o adquisición de habilidades socio afectivas tan fundamentales en esa edad.
La licenciada Salto ponderó que lo más alarmante es que a raíz de la exposición de los chicos a las pantallas está generándose una disminución de materia gris en el cerebro de los niños y niñas, afectando el área pre frontal del cerebro, que es donde se encuentran las áreas que ayudan a regular las emociones, a auto controlarnos o tomar decisiones saludables, por lo tanto la excesiva exposición a las pantallas llevará a niños y niñas impulsivos/as, adolescentes sin regulación de su conducta y adultos con muchas dificultades de auto regularse, estableciéndose la impulsividad, la violencia,, el consumo y la poca habilidad para gestionar saludablemente la tensión emocional, el estrés y las emociones, además genera en los niños y niñas problemas en la atención, la memoria y la concentración, lo cual puede afectar académicamente, trastornos del sueño debido a la hiperactividad que generan y la activación en áreas específicas del cerebro que no está aconsejado se estimulen a esa edad.
Puntualizó que genera también dificultades para la interacción social, ya que son afectadas las áreas del cerebro donde se estimulan esas acciones, consecuentemente los niños y niñas van perdiendo interés por salir a jugar, comunicarse o relacionarse con otros pares, dificultad para tolerar la frustración, impaciencia o intolerancia a ciertas conductas de desregulación que le generan sufrimiento psicológico, fundamentalmente al niño o niña y también impacta a su grupo familiar, como así también genera sedentarismo y la falta de empatía porque se dificulta la adquisición y desarrollo de las habilidades socio afectivas, socio emocionales o relacionables.
La especialista aseveró “el celular no es un juguete, no es un libro, el celular no es mi amigo” y es fundamental que los adultos que están a cargo del acompañamiento en el desarrollo de los chicos y chichas sean los primeros en tener en cuenta esa premisa, es decir generar un entorno seguro para los niños y niñas y ser coherentes en el uso de los dispositivos móviles y no dejar de supervisar las actividades que ellos tengan, sobre todo porque los niños y niñas no tienen el criterio, la capacidad crítica o la posibilidad de discernir entre lo bueno o lo malo, lo saludable o patológico y la exposición que se genera no se les puede delegar a ellos que se cuiden o se auto limiten en el uso de las pantallas, añadiendo que son los adultos los responsables parentales o social de generar espacios de dialogo o conversación con los niños y niñas y explicarles los riesgos, teniendo en cuenta que “poner límites es cuidar, poner límites es amar”, concluyó.