Ante la fuerte crisis que atraviesa nuestro país, el ex Ministro de Hacienda y actual economista Juan Ljumberg en dialogo con Panorama Jujeño analizó la complicada situación económica imperante en Argentina, la suspensión de las actividades económicas debido a la cuarentena, la fuerte emisión monetaria y consecuentemente una escalada inflacionaria, suba de precios y las variables del dólar. Asimismo, esgrimió críticas hacia la política económica actual ya que no brinda señales positivas para una posible reactivación económica y productiva e indicó que en Jujuy se debe apuntar a bajar el déficit fiscal actual.

En ese contexto, aseveró que el panorama económico es complejo unido a la situación de arrastre de hace varios años atrás en nuestro país se sumó la pandemia, que trajo consecuencias severas a la economía, reflejada en una gran emisión monetaria para atender los gastos de la crisis sanitaria y ello tarde o temprano hará presión sobre los precios internos, en ese caso sobre la divisa extranjera (dólar) y ante la restricción de la compra en los bancos se asistió a la presencia de un dólar libre (blue) a 200 pesos.

Mencionó que entre algunas medidas impulsadas por el Gobierno Nacional se encuentra la apertura del turismo internacional (que alimenta de dólares desde el exterior), como así también se puso en venta bonos dolarizados que poseía el Fondo de la Sustentabilidad del ANSES para satisfacer esa demanda (15 a 17% de rendimiento con una tasa elevadísima en dólares) y por otro lado el fondo antes mencionado se descapitaliza (pierde sustento financiero).

Al hacer referencia a la renegociación de la deuda con el FMI, el especialista expresó que sin lugar a dudas se alcanzará un acuerdo y se reprogramará la deuda, ya que la Argentina no tiene la posibilidad de saldar esa deuda en los próximos 3 años y probablemente se llegue a un consenso para un plazo de gracia de 4 años, y después el pago en los 6 años siguientes, lo cual significará “un alivio momentáneo” porque la cuestión de fondo se basa en cómo se hace para reactivar la producción, la generación de empleo y exportar para contar con los recursos (en dólares) para hacer frente a la deuda. Y en ese sentido, afirmó “la negociación con los bonistas fue patear para más adelante la reestructuración de la deuda, es decir de nuevo disponer de 10.000 millones sumado a 7.000 u 8.000 millones de la amortización por año con el FMI y sí no se generan los recursos necesarios tampoco se podrá pagar la deuda”.

Sostuvo que desde el punto de vista interno el problema pasa por evitar una explosión inflacionaria, ya que en los últimos 3 meses la inflación viene creciendo a grandes rasgos, lo cual era esperable por la enorme cantidad de pesos dando vuelta y por lo tanto se deteriora el valor de la moneda y suben los precios, sumado al descontrol traerá aparejado una inflación creciente en los próximos 6 meses, destacando se plantea una problemática ante ese panorama porque por un lado se requiere ajustar para achicar el déficit fiscal (se gasta más de lo que se recauda en el Estado) aunque el presupuesto para el año 2021 prevé un déficit del 4,5% del producto bruto interno y se negocia con el FMI para bajar ese déficit a un 3,8 %, lo cual significa una gran emisión de dinero dado que Argentina está imposibilita de conseguir préstamos externos o endeudarse en pesos con el mercado nacional, y la solución pasara que no haya más déficit y para conseguir ello o se cobra más impuestos o se baja el gasto público (presenta una fuerte resistencia por la gobernantes y el conjunto de la sociedad) que supone que el Estado puede gastar mucho más y no tiene consecuencias.

En esa misma línea, Ljumberg analizó que se requiere un programa o plan económico que visualice o marque el camino que el esfuerzo o sacrificio que se deberá hacer y es inevitable, tendrá un buen destino y para ello la política debe dar señales propias, algo que no viene ocurriendo “se está restringiendo las jubilaciones y el salario está creciendo por debajo de la inflación, e inclusive se trató en el Congreso una ley para las grandes fortunas, es decir todos son aportes del sector privado, pero la clase política no brinda ninguna señal positiva como si la gente no viviera de lo suyo o de sus propios ingresos, constituyendo una práctica farisea hagan lo que digo pero no lo que yo hago”. Apunto contra la clase política argentina por esta postura de no bajar los gastos, y parecieran no entender que son parte de la misma sociedad, y tarde o temprano la gente castigará con el voto esa postura de la clase política, sobre todo porque para que un Gobierno pueda encarar las cuestiones o reformas de fondo que se necesitan deben dar el ejemplo y ser creíbles, ya que si no es fácil hablar desde las alturas con un estado de bienestar y tranquilidad y pedir sacrificarse a la sociedad.

En cuanto a la situación económica de Jujuy, el economista subrayo que al igual que la mayoría de las provincias están enmarcadas en la política económica nacional y si al Gobierno de la Nación no le va bien indudablemente tampoco le ira bien a Jujuy, sobre todo porque es dependiente de los recursos financieros nacionales por lo tanto las provincias cuentan con pocos instrumentos de política económica para incidir en sus realidades, y a nivel local se observa con preocupación el cierre de algunas empresas (minera El Aguilar) un hecho circunstancial debido a que no es  redituable la explotación minera y cerrará sus puertas, lo cual ocasionará un gran perjuicio para la economía productiva por la enorme dependencia económica de muchos localidades cercanas a dicha empresa y una gran migración de las personas a los barrios periféricos de Jujuy, agravando la situación local, recalcando que otros de los inconvenientes pasa por el déficit fiscal, aunque en los últimos años se achicó proporcionalmente por el ajuste a los salarios de los empleados públicos aun no alcanza, sobre todo porque la provincia es una de las que más creció en el empleo público a  nivel nacional desde el 2000 al 2015 en un 150%, es decir 2 veces más de lo que tenía antes del año 2000, y los últimos  4 años no hubo un crecimiento de la planta permanente estatal, aunque sí se puede vislumbrar contratos de obra o de servicios que tienden a disfrazar empleos y algún día habrá que transparentarlos para conocer la cantidad de empleados que tiene la Administración pública.

Indicó que se registra un 3,4% anual de baja de empleos en el Estado provincial, y en ese porcentaje en 5 años se puede alcanzar cierta tranquilidad o equilibrio en el déficit fiscal para destinar los recursos a otras funciones del estado como el caso de la obra pública, y el otro problema pasa por el endeudamiento externo que se magnificó en los últimos 4 años por la toma de préstamos en dólares para financiar proyectos que se plantearon como importantes (Cauchari, GIRSU, cámaras de seguridad y el Tren de la Quebrada).

El economista valoró que Jujuy debe reactivar la producción y la generación de empleo genuino en superficies agrícolas ganaderas (El Pongo, Chalican y El Talar) con la llegada de inversiones de empresas en tecnologías y capitales de trabajo para proyectos productivos de gran envergadura, concluyó.